3.31.2010

El fondo del cielo

Hace unos días acabé de leer "El fondo del cielo", de Rodrigo Fresán. He tardado unos días en decidirme a escribir sobre el libro, igual que tardé unas semanas desde que lo compré hasta que empecé a leerlo. Porque un libro de Fresán requiere plena dedicación y exclusiva lectura.

 
Porque esta novela de Fresán, por sí sola, nos situa en muchos lugares, y en muchos universos. Desde lo local hasta lo más global. De lo más externo a lo más interno. Desde lo más lejano a lo más cercano. Desde Irak a Nueva York, desde nuestro planeta a Urk-24, desde nuestro mundo interior hasta un punto del Universo no explorado, desde el presente hasta el pasado...

Tal y como dice el propio Fresán en el epílogo de la novela, "este no es un libro de ciencia ficción, si no con ciencia ficción". La historia está dividida en tres partes, "Este planeta", "El espacio que hay entre este y el otro planeta", y "Otro planeta", y esta división no podría ser de otra manera.

No voy a disimular mi gran admiración y afinidad por un escritor con el que soy capaz de reconocer (o casi) todas (o casi) las pequeñas referencias escondidas a lo largo de sus historias que, como él mismo escribió en "Historia con monstruos", parecen películas mal iluminadas, con cortes y problemas de sonido. Referencias para él que también lo son para mí.

Leer a Rodrigo Fresán es como leer una enciclopedia de ciencia ficción, música y cultura norteamericana, donde encontramos entre otros, desde Kurt Vonnegut, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke hasta Stanley Kubrick. Desde el fondo de las cloacas hasta el fondo del cielo.

3.10.2010

Chungking Express


Si al trípode que sostiene el letrero de este humilde blog le faltase la base de la ciencia ficción, éste se precipitaría inevitablemente hacia Wong Kar-Wai, concretamente hacia Chungking Express. Porque si hay dos palabras que vienen a la cabeza al pensar en Wong Kar Wai, éstas son principalmente cine y noche. Y también ciudad.

Chungking Express es una película bicéfala, que pertenece a un único cuerpo que es la ciudad de Hong Kong, donde cada una de las dos historias coinciden en el espacio y en el tiempo pero no en el plano argumental, salvo pequeñas conexiones.
En la primera historia, el agente de policía 223 espera al 1 de Mayo (un mes más tarde de que su novia le dejara) para ver si ella decide volver, o decidir que su historia se ha caducado para siempre, como las latas de piña que compra con la misma fecha de caducidad, e intentar seguir adelante con su vida sin ella. La madrugada del 1 de Mayo, el agente conoce y se enamora de una enigmatica mujer, que se mueve por los bajos fondos de Hong Kong, traficando con droga.

La segunda parte de la película, se centra en el agente 663 (interpretado por el gran Tony Leung), quien también ha sido abandonado por su novia. En este caso, la camarera del bar que frecuenta se enamora de él, y aprovecha las ausencias del policía para entrar en su casa, e imaginar como sería la vida junto a él.
Pero en Chungking Express, tan importante como el contenido es el continente, que adquiere prácticamente el total protagonismodurante la película. La cinta desprende colores intensos, imágenes borrosas, secuencias difusas... La excelente fotografía de la película corre a cargo de Christopher Doyle, que mediante la saturación de los colores y largas exposiciones impregna la cinta de una personalidad propia y muy característica.
Realmente, esta película es un anticipo, el inicio natural de una hoja de ruta en la que el director nos ofrece más adelante la cuidada "In the mood for love" y su secuela "2046" ("My blueberry nights" a parte).

3.05.2010

Los Cronocrímenes - Timecrimes


Volviendo al tema de los viajes en el tiempo, encontramos este diamante en bruto, la ópera prima de Nacho Vigalondo, un chico que apunta formas, y que en un ambiente de lo más rural,  donde realmente cuesta imaginar que pueda ocurrir alguna singularidad espacio-temporal o incluso personal, nos planta una indiscutible historia de Ciencia Ficción (con mayúsculas), de esas que se recuerdan durante mucho tiempo.
Con un presupuesto bajo, y tan solo cinco actores que encarnan a cuatro personajes (contando con el mismo director), Vigalondo despliega una historia de intriga que poco a poco envuelve al espectador, viéndose atrapado en una serie de sucesos que él mismo no puede detener, donde no vale pararse en punto intermedio a descansar, ya que hasta que no se resuelva la trama, nada estará en su sitio.
Nacho Vigalondo ha sido capaz también de crear con unas simples tijeras y unas vendas manchadas de rosa, una iconografía que no hace más que ayudar a reforzar la aspiración a película de culto de este film.
Pero, más allá de las formas, el principal aliciente de Los Cronocrímenes es su sólido guión, desconcertante y simple en algunos puntos tempranos, que el desarrollo de la trama se encarga de poner en su sitio.

Otro punto a favor, es qu en este film, podría estar la clave para resolver el tema de los viajes temporales de Lost. Ahí es nada.
Como apunte final, quisiera denunciar los problemas que tuvo Nacho Vigalondo para encontrar una compañía que se encaragara de la distribución del film en su propio país, solo una pequeña empresa tuvo finalmente las agallas para arriesgarse con la distribución de esta película, inimizando injustamente el impacto mediático de la película. Una pena.